viernes, 30 de noviembre de 2012

2

No puedo llorar.

Ni siquiera dejándome llevar como otras veces soy capaz de darle forma a lo que siento en estos momentos...
No puedo llorar, no porque no quiera...porque lo cierto es que muero por hacerlo, tengo ganas de gritar, llorar y patalear hasta soltar toda esta...(no sé ni como llamarlo)... "rabia" que me esta consumiendo.
Pero no puedo. Algo me bloquea.

He pasado por momentos difíciles y la fragilidad ha pasado a ser un bloque de hielo.Mi vulnerabilidad, que ahora está a flor de piel, ha decidido camuflarse y darme un aspercto duro, apático y frío, dejándome indefensa ante aquellos que no pueden verlo. Lo siento.

No descanso por las noches y durante el día me faltan horas.
 Por las mañanas me miro al espejo y me digo a mi misma: ¡Venga, p'arriba! Pero éste tan sólo me devuelve el reflejo de una mirada cansada.

No tengo fuerzas para ver a más personas llorando, no tengo ganas de hablar, sólo necesito llorar pero no puedo.

Tengo a mi gente cerca, y soy conciente de ello, pero ando aturdida y agotada. Lo único que puedo ofrecer es esa sonrisa que buscan o esperan como una forma de dar las gracias por estar a mi lado y seguir caminando hacia delante con esguince incluido.

Ahora tengo miedo, un miedo irracional, a no sé qué. No quiero quedarme sola, pero cuando estoy acompañada no se cuidar de mi compañía, necesito dormir pero me obligo a mantenerme despierta, en un continuo estado de alerta. Evito a toda costa esos silencios y esa oscuridad que tanto me gustaban.

Es pasajero, estoy convencida, porque si de algo me han servido estas últimas experiencias es que  "ahora" es el momento.

No busco comprensión, ni mucho menos compasión, sólo ser escuchada sin necesidad de abrir la boca para hablar y encontrar ese abrazo que haga que me derrumbe llorando para después rendirme y caer dormida con una plácida sonrisa.

Sin prisa pero sin pausa.

Ahora más que nunca...sentada en la Luna.

Pd. No me tengas en cuenta, si la entrada esta mal estructurada o con faltas. No voy a leer lo que he escrito, pues quiero dejarlo tal cual ha ido saliendo.